Los médicos siguen creyendo que las personas intersexuales necesitan ser corregidas y esto es un problema. Por Kasandra Brabaw


Traducción al español: María Arenas B.
FOTOGRAFÍA DE ROCKIE NOLAN
Cuando el pasado año durante una entrevista con USA Today, la modelo belga Hanne Gaby Odiele reconoció su intersexualidad, fue la primera vez en que muchas personas descubrieron que se puede ser intersexual. A pesar de que las personas intersexuales existen desde hace tanto como las personas homosexuales o transgénero -es decir, desde siempre-, la comunidad intersexual sigue envuelta en el misterio (incluso para muchos de los que nos identificamos como LGBTQ+).
Para la activista intersexual y directora de comunicaciones y estrategia en Deeds Not Words Alicia Wiegel, el triste motivo -o parte del motivo- por el que esto sucede, es que los médicos, continúan pensando que ser intersexual es estar enfermo y necesitar de una corrección.
A menudo, cuando un bebé ha nacido intersexual, es decir con características sexuales (que incluyen genitales, gónadas y cromosomas) que no encajan en las estrictas definiciones de hombre/mujer, los médicos recomiendan las cirugías “normalizadoras”para ajustar el aspecto de los genitales a lo que socialmente se espera de hombres y mujeres o para extirpar gónadas internas como lo son los testículos. En la mayor parte de los casos estas cirugías se están llevando a cabo antes de que la persona en cuestión pueda dar su consentimiento y han sido consideradas tan perjudiciales a nivel psicológico y físico que algunas asociaciones médicas comienzan a exigir su prohibiciónUn informe de Naciones Unidas del año 2013 afirmaba que estas cirugías dejan a las personas intersexuales “con una permanente e irreversible infertilidad y un sufrimiento psicológico severo”.
Asimismo, el Observatorio de los Derechos Humanos y la red de defensa interACT, puntualizaron que desde el punto de vista médico estas intervenciones quirúrgicas son innecesarias, pues no existen evidencias de que poseer gónadas, genitales o cromosomas atípicos, haga peligrar la salud de las personas. Ambas organizaciones emitieron un informe conjunto en julio de 2017 afirmando que las cirugías normalizadoras no son más que: “una solución quirúrgica para un problema social”.       Weigel coincide con esto y añade que a veces los médicos creen genuinamente estar ayudando a un niño intersexual al hacer su aspecto más “normal” de acuerdo al rígido binarismo de género que la sociedad impone para todos. Sin embargo, para personas como ella, la idea de que necesitaba esa corrección y de que su identidad* intersexual no fuera considerada válida, contribuyó al estigma que provoca que las personas intersexuales sientan que su identidad* es un gran secreto.
*Cabe aclarar que la intersexualidad algunas veces puede adoptarse como una identidad política para exigir se respeten ciertos derechos, pero en general la intersexualidad NO es una identidad, sino una corporalidad con ciertas características.
Se ha estimado que el 1.7% de la población mundial nace intersexual, pero la idea de que hay algo físicamente incorrecto o roto en sus cuerpos ha mantenido a muchas de ellas en el más absoluto silencio.
No hace tanto tiempo los médicos pensaban que las personas queer o transgénero también necesitaban ser corregidas; aunque creían que su afección era mental y no física. Antes de 1973 la homosexualidad era considerada un trastorno por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) y sólo hace cuatro años que modificó su visión al respecto personas transgénero. En 2013 el manual actualizó el apartado dedicado a la identidad de género cambiando el “trastorno de identidad de género” (que describía el ser transgénero como una enfermedad mental) por la “disforia de género” (que se centra en los sentimientos de angustia de las personas cuyo género no coincide con el sexo asignado al nacer).
Evidentemente, que la comunidad médica cambiase de opinión al respecto de las personas homosexuales y transgénero, no revirtió la homofobia y la transfobia de la noche a la mañana. Ambas han luchado mucho para alcanzar el nivel de aceptación del que gozan actualmente, siendo este todavía insuficiente. Pero según Weigel lograr ese reconocimiento de validez por parte de los médicos, otorgó a las personas queer y trans el potencial de libertad que les permitió darse a conocer sin miedo a que se les atribuyera una enfermedad mental.
Frecuentemente los médicos juegan a ser dios y escogen un género para un niño intersexual, luego le dicen que le han arreglado y que no hablen jamás de que son intersexuales.
Alicia Weige

Aunque normalmente los médicos son conscientes de la intersexualidad de los niños en cuento nacen y, a menudo, pretenden “corregirlos”, las personas intersexuales con frecuencia sienten el estigma que les mantiene en silencio al respecto a ser intersexuales. Esto da lugar a que muchas personas intersexuales no sean capaces de ocupar un lugar en el movimiento LGBTQ+. Como bien apunta Wiegel, la falta de personas intersexuales en la comunidad LGBTQ+ impide que las personas queer construyan relaciones con las personas intersexuales y minimiza las posibilidades de que luchen conjuntamente por cuestiones que les afectan de forma directa, como el poner fin a esas innecesarias cirugías que insinúan que las personas intersexuales no deberían existir.
“Frecuentemente los médicos juegan a ser dios y escogen un género para un niño intersexual”, dijo Weigel, “luego le dicen que le han arreglado y que no hable jamás de ser intersexual”.
Weigel, que nació con los cromosomas XY explica que, aunque ningún médico le dijo de forma explícita que no hablara sobre su intersexualidad, conoce a muchas personas a las que les dijeron que serían perseguidas, juzgadas y acosadas si le hablaban de ello a alguien.  A veces, la idea de no salir a la luz como intersexual, surge en el seno familiar, dijo, pero no siempre sucede por una mala intención.
Para Wiegel: “Su motivación nace del querer asegurar que estos niños sean aceptados y estén seguros” y añade: “lo que en realidad necesita un cambio es el estigma social; para que tanto padres como doctores reconozcan que estos niños están perfectamente bien”.
Wiegel añade que es el estigma el que, perpetuado por las cirugías normalizadoras, mantiene a las personas intersexuales calladas y fuera de los espacios LGBTQ+. De hecho, no fue hasta que Odiele hizo pública su intersexualidad que Wiegel se atrevió a contar su propia historia.
“Haber leído acerca de alguien tan famosa, y no solo sobre cualquier persona; que nació con una “condición” similar a la tuya pero consiguió casarse y obtener grandes logros, me dio el coraje para encarar a mis propios demonios y poner en orden los complicados sentimientos que sentía hacia mí misma”. Wiegel escribió para Medium.
Odiele parece estar de acuerdo con Wiegel; tuvo experiencias similares con médicos que le dijeron que la cirugía la había corregido y que ya no tenía que preocuparse por revelar su intersexualidad.
Odiele explicó a Refinery29: “Siempre nos dicen: no encontrarás pareja, sufrirás acoso, no encontrarás trabajo…”. “Siempre tuvimos que fingir que nos ajustábamos a una caja”.
A veces, a las personas intersexuales se las mantiene intencionadamente en el desconocimiento; Odiele pasó por cirugías normalizadoras durante su infancia, pero no fue hasta los 17 años que descubrió la palabra “intersexual”, y la descubrió por sí misma solo gracias a que se encontró con la historia de una mujer intersexual, en una revista holandesa.
“Todavía estamos luchando por lo mismo por lo que activistas intersexuales luchaban hace 20 años”, dijo Odiele. Esa lucha consiste en lograr que las personas intersexuales tengan la autonomía para decidir lo mejor para sus cuerpos y para que los médicos reconozcan que no necesitamos ser corregidos.
“Es bastante bonito ser intersexual, nuestros cuerpos necesitan permiso para que se les permitan existir”, dijo Odiele.
Desde que Odiele reveló públicamente su intersexualidad, el discurso sobre intersexualidad ha empezado a cambiar. Cada vez son más las personas que se dan cuenta no solo de que los cuerpos intersexuales deberían poder existir, sino de que existen. Odiele cuenta que hace dos años, cuando buscabas “intersexualidad” en Google, los resultados eran sugerencias de sitios en los cuales podían realizarte la cirugía; mientras que hoy día, empiezan a emerger artículos que explican los peligros de las cirugías normalizadoras.
Weigel reconoce que muchos de estos cambios son debido a la influencia de personas como Odiele -después de todo, fue gracias a que Odiele se reconoció públicamente, que Wiegel se hizo activista-. Ella espera que, si ambas continúan públicamente llevando vidas exitosas, podrán motivar a más personas intersexuales a reconocerse como tales y quizás algún día, la “I” de LGBTQIA podrá ser algo menos silenciosa.

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