La ola homófoba se extiende por Europa
Internacional
Día 25/08/2013 - 10.08h
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Además de Rusia, Moldavia también ha aprobado su propia ley contra la «propaganda homosexual», y otros países como Lituania, Armenia o Ucrania han presentado propuestas similares
No hay tregua para los gays y lesbianas en Rusia. Pese al clamor internacional contra la la ley que prohíbe la llamada «propaganda homosexual», una forma eufemística de censurar cualquier actividad pública de reivindicación y defensa de los derechos de este colectivo, el Gobierno ruso se mantiene firme y no derogará la controvertida ley. De hecho, los episodios homófobos se siguen sucediendo en el país.
En las últimas horas se ha publicado un vídeo en internet donde se ve a un grupo de hombres zarandeando y golpeando en un parque a una mujer transexual, que consigue finalmente escapar semidesnuda de sus agresores. Además, hace una semana un periodista de un medio ruso fue despedido de su trabajo tras hacer pública su homosexualidad durante un programa en directo, y el director general adjunto de la televisión estatal rusa ha tenido que salir al paso de unas declaraciones en televisión que hizo el pasado otoño donde protagonizó un demoledor ataque verbal contra este colectivo: «Creo que la legislación contra la propaganda homosexual no es suficiente. A los gays debería prohibírseles donar sangre y esperma. Sus corazones, en caso de accidente automovilístico, debería ser enterrados o quemados, porque no están hechos para la continuación de la vida».
Sin embargo, el órdago del Kremlin ha obtenido respuesta en otros países del este, que buscan imitar su modelo. En Moldavia este mismo verano también se ha aprobado una ley muy similar a la de Rusia, que prohíbe «la distribución de información pública [...] destinada a la propagación de la prostitución, la pedofilia, la pornografía o de cualquier otra relación que no sea el matrimonio o la familia». En Ucrania, se encuentra ya en tramitación tras ser aprobada en primera lectura, mientras que en Lituania la propuesta de llevar a referéndum un proyecto de ley análogo al de Moscú ha sido bloqueado por la Comisión Electoral por un estrechísimo margen.
No son los únicos casos. En Bielorrusia, un país donde su presidente afirmó hace poco que era mejor ser tachado de dictador que de homosexual, se rumoreó la posibilidad de introducir el delito de sodomía en su Código Penal. Y en Armenia, la Policía colgó en su página web un pequeño texto para que se valorara la posibilidad de multar con hasta 4.000 dólares a los ciudadanos, personas jurídicas y funcionarios que promuevan «relaciones sexuales no tradicionales». La propuesta fue retirada poco después por presentar «deficiencias», aunque un portavoz policial admitió que buscan «soluciones» tras las quejas recibidas por parte de los ciudadanos preocupados por las «crecientes manifestaciones públicas de homosexualidad» en el país.
La ONU alza la voz contra Rusia
Mientras, el departamento de derechos humanos de la ONU ha manifestado su rechazo a la ley «antihomosexual» de Putin y ha exigido al gobierno ruso que la derogue. Claude Cahn, asesor del Alto Comisionado para los Derechos Humanos ha tildado esta ley de «intrínsecamente discriminatorias tanto en la intención y el efecto», y ha denunciado que «estas medidas son la base para el acoso permanente y regular, e incluso la detención arbitraria y ayudan a crear un clima de miedo para cualquier persona que trabaja en la promoción de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales».
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