Kinky Boots
No obstante, el filme del debutante Jarrold, un tipo curtido esencialmente en el campo de la televisión, tiene problemas de forma. El realizador aboga por una puesta en escena cansinamente rudimentaria, precisamente por el grado de eficiencia demostrado en productos anteriores, y tira al traste una idea de base sugerente que se desliza por un mar de topicos hasta acabar siendo la típica comedia inglesa (lo que garantiza algunos momentos felizmente cómicos), un tanto fría, aunque no lo suficiente como para proporcionar buenas dosis de edulcorados caramelos rellenos de un sentimentalismo fácil de ligera digestión.
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