Conoce tus derechos, evita los torzones

por Homero Fernández
De la columna 'Cuatro Veinte'

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No recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que me torció la ley en posesión de cannabis, pero sé que me han agarrado casi cien veces durante los diez años que llevo fumando, sin haber pisado nunca un MP.
Las dos cosas me parecen graves, ya que los retenes afectan nuestra libertad y nuestros derechos; yo le llegué a tener más miedo a un cerdo que a un rata. Pero el no conocer un MP, implica que no se registra ante el estado la cifra de personas que no trafica, sino consume cannabis, estorbando en la legislación y dejando a los usuarios fuera de la protección que merecemos, siendo que para ejercer nuestro derecho a fumar, tenemos que recurrir a la ilegalidad, los abusos y las ridiculizaciones.

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La peor etapa en la Ciudad de México fue la de los retenes
Mi primera experiencia con el retén fue en Avenida Masaryk (está en Polanco y, según dicen, es la calle más cara para rentar de toda América Latina). En esos tiempos era parada segura, esa vez me hicieron cantar el himno nacional con los pantalones abajo “en serio”, como me dijo el policía que me obligó a hacerlo (según él no me creía que era mexicano porque soy güero).
El fenómeno de los retenes comenzó a subir de nivel, hasta que las delegaciones expedían “permisos” impresos, y literalmente cualquier patrulla te podía detener, instalar su punto de revisión y parar a quien le viniera en gana, pasando por encima de cualquier derecho que pudiera quedarle al ciudadano. Quizás en otros lugares es común, pero en esta ciudad no pasaba y fue una etapa triste para la juventud.
En este auge, en 2008, secuestraron al hijo del empresario Alejandro Martí en un retén falso. Fue él quien expuso lo que ya todo mundo sabía, que sólo servían para extorsionar y gracias a eso, los quitaron. Aunque últimamente ha bajado, nada te garantiza que si eres joven y transitas por Alfonso Reyes en la noche, no te detengan a revisar.
Ojo, decir que pasó lo más fuerte del fenómeno, no implica que estemos exentos ahora. Por la situación actual es fácil que te detengan sin ningún motivo aparente, sobretodo fuera de la “Ciudad Bastión”. La policía está en su derecho, de romper nuestro derecho; hay que vivir con esto en mente. La recomendación que puedo hacer en base a mi experiencia es: siempre tratarlos con respeto, nunca con prepotencia, y cooperar lo más posible. La idea es trabajar con el principio de que el asunto se quede entre el oficial y tú, evitar bajo cualquier circunstancia que “llame a otro compañero”, o sobretodo “ir al ministerio”. Cuando crees que en el MP vas a encontrar auxilio ante las bestias que violan tus derechos, llegas con cerdos vestidos traje, y la mordida sólo aumenta de dos policías (la patrulla que te encontró), a pagar una mordida más gorda que incluye a licenciados y burócratas; jueces, abogado y mínimo seis policías. Si crees que te la sabes, y muestras prepotencia porque tienes menos de cinco gramos contigo, no te preocupes, los policías, que traen un buen guato en la cajuela de la patrulla, van a acomodar las cosas para meterte en un verdadero pedo legal, que si no detienes a tiempo (en la primer patrulla), te enfrentarás a la ley con el rigor con el que la ley, le cae a un narcotraficante; y que en términos prácticos sólo implica morder al juez y a los de abajo. Por eso repito, has lo necesario, para dejarlo en la primer patrulla.

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Hazle saber que la situación está segura, vas en son de paz y reconoces su autoridad. No muestres debilidad, pero sí buena onda; los policías huelen el miedo. Muestra conocimiento de tus derechos, pero no para ser prepotente, recuerda que la ley está en sus manos. Si no venías fumando, finge sorpresa, como si no supieras que fuera grave portar cannabis y que sabes que puedes portar menos de cinco gramos. Si venías fumando o no te deja ir y amenaza con llamar al compañero o te dice que deben pasar al MP, hazte su cuate, háblale de hombre a hombre, dile que le invitas la cena. Después te arreglas con la mordida y en una de esas hasta te regresa tu mota.
Si no cultivas tu propio cannabis, ya es hora de que empieces a hacerlo, si vas a comprar, intenta que la operación sea en tu casa para no andar por ahí con más de cinco gramos. En España, si llevas más de lo permitido y puedes comprobar que la adquieres en conjunto con tus amigos, (porque es más barato, práctico, etcétera) la ley te ampara; en México eres un narcotraficante.
Lo que dice la Wikiconstitución:
A pesar que en 2009, México despenalizó la portación de hasta cinco gramos de mariguana —entre otras drogas—, toda la cadena productiva está criminalizada en los artículos 193 al 199 del Código Penal Federal (CPF) y 483 al 482 de la Ley General de Salud (LGS), desde la semilla, pasando por la siembra, acabando en la compra-venta.
Mientras en los artículos 478 y 479 de la LGS se “despenaliza” un consumo personal máximo de 5 gramos de mariguana, el usuario no puede cultivarla para el autoconsumo, ni comprarla en un mercado legal.
Según el artículo 475 de la LGS:
Si posees con fines de lucro o suministro gratuito más de cinco gramos y hasta cinco kilos, eres un narcomenudista y estás cometiendo un delito de jurisdicción local y fuero común. La pena impuesta en este delito es de cuatro a 15 años de prisión más una multa de 200 a 400 días de salario mínimo.
Según el artículo 476 de la LGS:
Si  posees más de cinco gramos para consumo personal y hasta cinco kilos, y se te demuestre únicamente la intención de vender o suministrar esta sustancia sin haberlo concretado, serías penalizado entre tres y seis años de prisión y una multa de 80 a 300 días de salario mínimo.
Según el artículo 477 de la LGS:
Si posees más de cinco gramos de mariguana para consumo personal, serías penalizado con diez meses a tres años de prisión y hasta 80 días de salario mínimo.
Si posees únicamente los cinco gramos permitidos, el Ministerio Público no actuará en contra tuya siempre y cuando no te encuentres en instalaciones educativas, policiales o de reclusión. A pesar de la despenalización, en caso de que por tercera vez te encuentren portando cinco gramos de mariguana, serás obligado a someterte a un tratamiento “voluntario”.

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Si te interesa lo anterior, también deberías echarle un ojo a la “Guía Legal de Usuari@s de Drogas”, publicado del Colectivo Unido por una Política Integral hacia las Drogas (Cupihd).
Esta pequeña publicación, además de caber en la cartera, señala los derechos de los consumidores, las responsabilidades penales por si te sorprende la ley en posesión, los conceptos usados por la Ley General de Salud, la tabla de dosis máximas de consumo personal o portación, así como algunas recomendaciones.
“La ignorancia de la ley no te exime de tu responsabilidad”, me dijo alguna vez un policía.
Un ciudadano informado, puede vivir tranquilo; por eso conoce tus derechos y evita el torzón. En estos momentos que se impulsa la regulación en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, es necesario informarnos y estar al tanto de lo que sucede. Cuando sucedan las reformas en los próximos meses y la ley permita el autocultivo, no habrá pretexto, ¡todos a plantar!

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